miércoles, 2 de mayo de 2007

El patógeno perfecto

Con el estudio de los microorganismos se ha logrado determinar la existencia de una gran variedad de patógenos para el ser humano y los animales. Ellos abarcan una amplia gama de agentes, entre parásitos, virus y bacterias. Pero no todos tienen la misma eficiencia ni se han adaptado de la misma manera a sus víctimas. ¿que elementos debe tener un patógeno eficiente? Primero que todo, ser de fácil transmisión entre la población susceptible e idealmente poder infectar a varios tipos distintos de hospederos. En segundo lugar, contar con buenos portadores, es decir, individuos capaces de mantener la infección y diseminarla por un tiempo suficientemente largo como para permitir el contacto con otros individuos susceptibles. Por lo tanto, un buen patógeno no debe matar o enfermar gravemente a su víctima, porque de esa manera es probable que él tambien desaparezca. Considerando estas características, podemos llegar a una lista importante de agentes microbianos que son candidatos a coronarse como el patógeno perfecto. Pero queda un tercer elemento que podríamos sumar para acotar nuestra elección: ¿durante cuanto tiempo han sido patógenos? es decir, ¿desde hace cuanto tiempo se encuentra infectando a su especie susceptible y produciendo enfermedad? para un ser vivo, incluyendo los microbios, permanecer en el tiempo implica la capacidad de adaptarse a los cambios ambientales de nuestro planeta y todos sus efectos secundarios en la flora y fauna. Bueno pues, considerando estos antecedentes, diversos investigadores han sugerido que existe un género bacteriano capaz de dar clases de patogenicidad: las micobacterias.



Las micobacterias comprenden un gran número de especies bacterianas, pero las más importantes son aquellas que comprenden el complejo tuberculosis. Existen varias especies dentro de este complejo, pero las más importantes para nosotros son 2: Mycobacterium tuberculosis, que produce la tuberculosis en el ser humano, y M. bovis, que produce la tuberculosis en los animales y en el ser humano.

Ambas tienen un orígen evolutivo común, es decir, provienen de una misma bacteria ancestral, pero por algún motivo M. tuberculosis permaneció como un patógeno específico del ser humano y M. bovis logró adaptarse a muchos hospederos distintos.

Estudios arqueológicos sugieren que la tuberculosis constituye una enfermedad muy antigua, afectando al ser humano y a los animales incluso desde tiempo prehistóricos. Es probable entonces que las micobacterias hayan evolucionado a la par con las especies mamíferas que poblan nuestro planeta, persistiendo hasta nuestros días y con perspectivas de mantenerse como patógenos de gran importancia mundial por muchos años más.

Entonces, ¿que características tienen las micobacterias que las hacen estar entre los patógenos más efectivos que se conocen?

1. Se encuentran desde hace miles de años afectando a sus especies animales susceptibles.
2. Una vez que infectan a un individuo, permanecen en un estado silente, sin producir la enfermedad pero pudiendo diseminarse a otros susceptibles en determinados momentos de la infección. Por lo tanto, es difícil identificar a la mayoría de los infectados.
3. Solo un pequeño procentaje de los individuos infectados se llegan a enfermar. Por ejemplo en el caso del M. tuberculosis, se ha calculado que solo un 10% de las personas infectadas desarrolla la tuberculosis en algún momento de su vida. Por lo tanto, la bacteria asegura su supervivencia al mantener vivo a la mayoría de sus hospederos.
4. Ya que la micobacteria se puede diseminar por prácticamente cualquier secreción o excreción corporal, cuenta con una amplia gama de alternativas para su diseminación. En la mayoría de los casos la infección se transmite por vía aérea a través de secreciones respiratorias, pero también se disemina por vía oral a través del consumo de alimentos contaminados, como la carne y especialmente la leche.
5. Una vez que infecta el organismo, es capaz de invadir a las células del sistema inmune (macrófagos), sobrevivir al interior de ellas y evadir la propia respuesta inmune. Luego, puede diseminarse a cualquier tejido u órgano del cuerpo.
6. Se requieren muy pocas bacterias para lograr una infección. Por ejemplo, se ha calculado que tan solo una bacteria de M. bovis puede infectar por vía respiratoria al bovino.
7. A pesar del uso de los antibióticos que han permitido el tratamiento de muchos enfermos de tuberculosis, existen cepas bacterianas que han desarrollado resistencia a varios de ellos. Por lo tanto, siempre habrán cepas bacterianas capaces de sobrevivir a los antibióticos actuales y futuros que se utilicen para el combate de la infección.
8. La infección con micobacterias se ve favorecida por la presencia de otros patógenos. Por ejemplo, la infección con HIV es inmunodepresora y predispone a la tuberculosis. Los pacientes inmunodeprimidos actuan como verdaderos multiplicadores de la infección, favoreciendo la diseminación a otros individuos.

Estas son las principales características que sitúan a las micobacterias del complejo tuberculosis, como los patógenos más eficaces que existen.
Si hubiera que elegir a una sola especie bacteriana, podemos decir que Mycobacterium bovis es el agente más importante, ya que posee todas las condiciones mencionadas, pero además tiene un amplio rango de hospederos, pudiendo afectar a practicamente todas las especies mamíferas.